¿Disfraz? ¡Oh, no!

"El evento será pronto, muy pronto. ¿Cuándo fue que decidí ingresar a esto? Ah sí, ya me acuerdo. Cuándo pensé que sería algo divertido y educativo, para convivir con otras personas. ¿Qué tengo en la cabeza a veces? ¿Y desde cuándo yo soy participativa?, ¡¿ Y desde cuándo uso disfraces?!" Yo solita me busco mis propios problemas, que sin sentido. Era temprano, relativamente. Apenas serían las 5 pm, con el cielo naranja vetado de rosa, con algunas nubes del mismo color. Agradable a la vista, el Sol se pondrá en poco tiempo, tiempo del que justo ahora, no dispongo. Para la fiesta de Halloween en todo Fiore, necesito un disfraz, así que comienzo mi búsqueda por toda Magnolia.

"Esto está tardando más de lo que esperaba..." pienso después de un par de horas. Tampoco pensé que lo encontrará a la primera, pero nunca creí que fuera tan difícil. El color, la temática, lo... adecuado, que no fuera nada indecente. Y también la calidad y las tallas. Era un arduo trabajo, para algo tan simple. "¿Hay suficientes tiendas de ropa en la ciudad?." Lo dudo mucho. El Sol se empieza a poner, y el tiempo corre en mi contra. "¡De qué me debería disfrazar? No puedo comprar un disfraz si ni siquiera sé de que lo voy a hacer ¿De novia? ¿De pirata? ¿De - No, de eso no. Nunca. Idea descartada. Pero.... ¿y sí- ¡Dios, otra tienda! no me da tiempo ni de terminar de pensar. La tienda exhibe un montón de disfraces. Hay de conejito, de gatito, un vestido con elegante bisutería -bisutería barata, supongo- y variedad de cosas más.

Entró vacilante a la tienda, mi quinta tienda de la jornada, y sólo espero que no sea como las anteriores. También hay ropa común al final del almacén. Bueno, supongo que el negocio no prosperaría si estuviera abierto sólo en las fechas de Halloween. Me acerco a la caja, pero no hay nadie atendiendo. Ni en los alrededores. La verdad, ni siquera hay clientes. ¿Es esto normal? Parece sospechoso, pero le quitó importancia.

- Ejem... - me aclaro la garganta, pero no hay señales de que nadie responda. Intento de nuevo.... ¿Hay alguien aquí? ¿Hola...? - ¡Hola! Ya la ayudo señorit- oigo la voz de una niña, pero seguido de un montón de cosas cayéndose y quebrándose. La veo, tirada en el piso, con sus dos coletas y completamente avergonzada.

Ruborizada, la chica niega mi ayuda y se coloca de pie por su cuenta. Estaba cargando unas cajas llenas de telas para clasificar, cuando tropezó con sus propios pies y cayó de bruces. Un poco torpe, me recuerda a mí.- ¿Estás bien? - digo, preocupada -y un tanto entretenida- por la chica.- Sí, no fue nada. Ocurre todo el tiempo. Dice, y me dirige una sonrisa despreocupada. Cuando la chica sonríe, empieza su sarta de palabras, tan rápida como una ametralladora.

No entiendo gran parte de lo que me está diciendo. Algo sobre tallas, combinaciones de colores, las festividades. Me dirige a través de múltiples pasillos, mostrando conjuntos de vestido. Una de las cosas que sí logro entender es que sabe cual es mi estilo, cosa que yo misma ignoro. Me sorprendre la pequeña. Para aparentar no más de 12 años, está mucho más entrenada que yo en moda.

Me desvié del curso de la chica, atraída por un vestido largo, blanco con azul. Se parecía a mi atuendo común, pero de colores diferentes y más... delicado.

- Oh, ¿ese? Es lindo pero... Con tu color de cabello. Aunque tal vez se te viera bien. Además, con esa espada luces como una espadachín, no como un hada como el disfraz. - Cruel... Pero tenía solución. ¿Un hada has dicho? Bueno, yo soy un hada. De Fairy Tail. ¿Es eso suficiente para probarme el disfraz? Su cara cambió, y me dejó probarlo. Vaya ruda que era la chica.

Se ve lindo. Es extraño, nunca me ha importado mucho eso de "lucir bien". Para mí, con mis mañas, eso es una cuestión de segundo plano. Pero el traje es tan... Aunque la chica tenía razón. Mi color de cabello contrasta demasiado. Se ve un poco extraño. Estoy a punto de dejarlo pasar, cuando el bombillo de las ideas se prende. De seguro me voy a arrepentir de esto, pero mientras tanto lo que importa no es eso.

Cambiada a mi atuendo de siempre, voy a la caja, donde la misma chica con ropas y peinado diferente aparece. Pago el atuendo, con unas botas a juego. Necesitaré hacer misiones después de esto, pero no esta mal darse un gusto de vez en cuando. Cuando llego a la puerta, la chica me da la despedida al salir. Luce un cabello hasta los hombros y un vestido diferente. Reparo en que también en la caja, lucía otras ropas y peinado. Ya en la calle, me giro a la tienda, y las veo a las tres sacudiendo sus manos como gesto de despedida. El Sol ya se puso, pero aún tengo que llegar a casa.

Con la ansiedad, el viaje se me hizo larguísimo. Pero, ya estaba en casa al fin. Bueno, la palabra casa era algo exagerado. Ni siquiera es mía, es de un amigo que conocí hace tiempo, el cuál me debe un favor. Ese favor, lo gasto ahora: Necesito un lugar donde dormir. No pago nada, pero ayudo con la limpieza de la casa y la compra de comestibles. Es completamente justo.

Entro a mi habitación, y me dirigí al baño. Con el traje de Hada Azul encima, frente al espejo de cuerpo entero, noto que lo que dice la chica es, una vez más, cierto: el cabello castaño cobrizo largo hasta la cadera contrasta demasiado. Desentona. Así que mi mejor solución, es pintarlo. De azul claro también, pero un poco más intenso que el vestido. Seguramente me arrepentiré de esto luego, pero, será genial mientras dure.

El traje también tiene unas alas. Están hechas de lácrima, y me permiten flotar a pocos centímetros del suelo por un par de minutos. Tampoco es la gran cosa, es sólo un atuendo. Pero un poco caro que me salió. Con mis botas a juego, todos los dulces serán míos. "Jamás creí que diría algo como esto. Tal vez a los 10 años, pero no ahora". Restándole importancia, tomé a Nika, quien colgaba en el cabecero de la cama, y la puse en el cinturón de cuero, con la que golpeaba mi muslo derecho. En el izquierdo, la marca del Gremio era aún visible con este atuendo, de color verde lima.

Salí de la casa, a la obscura noche estrellada, para comenzar la cacería de dulces. Necesitaba gente con quién hacer equipo, después de todo es mejor hacer las cosas en grupo. "¿Qué mejor lugar para buscar compañeros de equipo que tu gremio?" Así que marcho rumbo allí, con el deseo de encontrar gente entusiasmada, con ansias de dulces caramelos, para acompañarme en esta cacería.