Las plumas del disfraz

Sebastian lo tenía casi todo para terminar su disfraz, pero le faltaba algo que era muy importante: las plumas.

las plumas eran para las alas, pero las plumas que debía de recolectar tenían que ser de color negro y, el único ave que poseía tal tipo de plumas era el cuervo, animal que muy pocas ocasiones pasaba por Fedoria, lo que complicaba la búsqueda.

Sebastian fue preguntando por las tiendas de la ciudad, pero no pudo hallar ninguna, así que decidió salir de Fedoria para buscar las plumas.

Salió a eso de las 10 de la mañana de Fedoria, no sabía a qué hora iba a volver, pues, los cuervos podrían hallarse a kilómetros de distancia, lo que complicaría la búsqueda.

Mientras caminaba por el trecho montañoso, se percató que había un gatito en el camino, lo que no hizo más que entretener a Sebastian, que se puso a jugar con el adorable gatito de piel negra......al ver la piel del lindo gatito, Sebastian reanudó su camino, en busca de las plumas de cuervo.

El camino rocoso, dificultaba la vista de Sebastian, además, no se oían los graznidos de los cuervos.
Pasaban las horas y Sebastian no encontraba ni una mísera pluma caída.

Todo parecía estar perdido, las horas pasaban y Sebastian no se dio cuenta que había descendido todo el camino montañoso de Fedoria y que, había llegado a un cementerio, donde, casualmente, había un nido de cuervos, algo que alegró a Sebastian, ya que habían muchas plumas caídas, fruto de la muda de plumaje de los cuervos, se apresuró en recolectar las plumas suficientes y, se volvió contento a Fedoria.