A levantarse [Público]

Hardrack despertó con un terrible dolor de espalda, los músculos le dolían bastante y se sentía bastante rígido. Claro, luego de pasar la noche debajo de un puente, único espacio donde no lo podían echar y pudo "dormir", era lo más normal que sintiera el infierno mismo en su cuerpo. Se levantó como pudo y estiró todo su cuerpo, aliviando momentáneamente el dolor y recuperando la movilidad, aunque no cesaba del todo ese incómodo dolor de espalda. Necesitaba relajarse de alguna forma, buscar algo para aliviar ese pequeño pesar. "Vamos gato, ni tú te mereces vivir bajo un puente como un miserable moribundo." Pensaba mientras hacía sus ejercicios matutinos, una rutina que nunca dejaba de lado; al terminar se puso de pie, tomó sus cosas y vagó por la ciudad. Era todavía muy temprano, la mayor parte de la actividad era por los comerciantes que abrían con calma sus tiendas, los niños repartiendo encargos o yendo a las escuelas, y algunas personas que madrugaban para ir a trabajar o cumplir obligaciones.
Hardrack necesitaba un baño y un cambio de aspecto, principalmente para mejor su imagen y quitarse el estrés acumulado porque lo echaron de su casa. Debía ir al gremio y cumplir un trabajo, no podía ganarse la fama de vago. "No soy del tipo de león que vaga durante el día y no hace más por la noche." El mayor problema que presentaba era que no tenía mucho dinero, así que ir a las aguas termales no le serviría de nada si no podía pagarla.
Fue hasta el bosque de Magnolia, en las afueras, donde recordaba haber visto un claro con un pequeño estanque. Lo encontró relativamente rápido, dejó sus cosas en la orilla, para no perderlas de vista, y se desnudó. Se metió en el agua, algo fría por la mañana, pero eso le hizo mucho bien a sus huesos, músculos y mente. -Frío, ideal para dejarse llevar por un momento de relajación. Creo que puedo ser un león perezoso por una hora. Se dijo a sí mismo mientras flotaba por el estanque. En su rostro parecía dibujarse una sonrisa de satisfacción entre su barba.

Tras un rato en el agua, bastante agradable para él, finalmente decidió salir del estanque. Lavó su ropa parcialmente con el agua, para quitarle algo del sudor y mugre que llevaba encima; no olería a rosas, pero al menos estaría mejor de aspecto mientras buscaba una forma de lavarla apropiadamente. Mientras esperaba que secara, hizo una sesión de natación en el estanque, así se distrajo un poco, y al salir su ropa estaba relativamente seca por el sol que iluminaba el claro del bosque.
Horas después, asegurado que su ropa estuviera completamente seca, se vistió, tomó sus cosas y regresó a Magnolia. Con mejor aspecto, salvo su barba, parecía una persona un tanto más decente a los ojos de las personas de la ciudad, buena noticia para él. "Excelente, ya dejaste de ser un completo vagabundo, ahora eres un vagabundo que se dio un baño..." Con esa pequeña broma en su mente, parecía estar feliz, sin sonrisa visible pero con sus ojos chispeando alegría. Si alguna característica tenía Hardrack, es que nunca demuestra que ha caído y siempre se levanta rápido. -Dame tu mejor golpe, mundo. Hoy es día de trabajo. Con esas palabras al aire, que le hicieron parecer un loco, se encaminó al gremio, a Fairy Tail.

Llegó al gremio, y varias personas le saludaron, entre ellas la mujer de cabello blanco que amablemente le había puesto la marca del gremio. Hardrack respondió amablemente, aunque sin ninguna sonrisa o expresión, la cálida bienvenida que recibió. Algunos le preguntaron por qué estuvo tanto tiempo fuera, a lo que comentaba que sus intenciones no eran estar fuera. -Sufrí un pequeño inconveniente, pero no es nada que no pueda resolver. Comentó tranquilamente, indicando que no necesitaba ayuda y dando el motivo de su ausencia, que lo tenía bastante intrigado, usualmente nadie lo conocía. "Es raro que esta gente que apenas me conoce se preocupe tanto por mí. Vaya cuerda de lunáticos..." Pensaba al momento de terminar su conversación con los presentes, que se dedicaron a continuar con sus actividades normales. Sintió que cierta rubia lo miró más tiempo de lo necesario, y él devolvió esa mirada, ambas se cruzaron y entendió perfectamente: la rubia parecía preocupada por Hardrack. Era lo que menos necesitaba ahora, así que se fue tranquilamente al tablón de misiones y tomó una de las misiones que había ahí. Con paso seguro y decidido, regresó a la puerta del gremio, no sin antes decirle a la mujer de cabello blanco, Mirajane, que se iba de misión. -Regresaré pronto. Y así salí a buscar mi misión.