Prueba de valor; Sirvienta y Mayordomo

Sakuya estaba de pie frente a una mansión la cual poseía un aspecto impresionante, a muchas de las personas que estaban cerca les producía temor por el aspecto que poseía la edificación pero la peliplateada no opinaba lo mismo, simplemente veía la gran casa fijamente para notar alguno que otro detalle en particular."Una prueba de valor, esa mujer, Charlotte. No me inspira confianza pero aún así no pierdo nada con participar en esto, o al menos eso espero." Cerró sus ojos un momento para pensar en lo acontecido, hasta el momento había disfrutado su estancia en Hosenka, puede que a veces no lo demostrara con una sonrisa como las demás personas pero en su opinión no era necesario, le bastaba con sentirse feliz. Aunque ahora esperaba a aquella persona que le haría compañía para entrar a aquella construcción de aspecto sombrío, Charlotte le había dicho que no podía entrar sin un compañero pero que no se preocupara ya que ella se encargaría se buscar uno para ella.-Han pasado alrededor de diez minutos...me dijo que esperara aquí.-Dejó escapar un pequeño suspiro y continuó con su espera mientras extendía sus manos y se acomodaba un poco los guantes negros sin dedos que traía puestos.

Sebastian llegó al lugar descrito en la carta, una mansión enorme y con aspecto terrorífico, en la entrada de la mansión divisó a una chica de pelo plateado, disfrazada, al igual que él, se acercó a ella y dijo: -Saludos, debo suponer que eres mis compañera- dijo mientras mostraba la carta firmada por la tal Charlotte. -Mi nombre es Sebastian Michaelis, me gustaría saber el suyo, señorita....-
"Esa mujer llamada Charlotte parece sospechosa, pero habrá que llegar al final para averiguarlo"
Mientras esperaba la respuesta de la joven, Sebastian se puso a ajustarse las alas del traje, procurando que ninguna se cayera.
"Esta chica se me hace conocida, aunque no sabría decir bien de dónde....., seguro que la estoy confundiendo con alguien más"

Se acercó a una fuente que había cerca, se miró en ella y vio el reflejo de su

disfraz:

"Creo que elegí un buen disfraz"

La chica, quien había permanecido totalmente inmóvil después de haberse arreglado un poco los guantes, escuchó que alguien se dirigía a ella y al voltearse se encontró frente a un joven de ojos rojos y cabello negro. "Veo que él será mi compañero en esta prueba, pero me resulta familiar..." Escuchó hablar a su acompañante hasta que de pronto cuando este le dijo su nombre el recuerdo llegó de forma tan repentina como una bofetada.-Sebastian, hace mas de veinte años que no te veía. Por si ya me has olvidado, soy Sakuya.-Se cruzó de brazos mientras lo miraba fijamente, sus ojos azules dejaban entrever un sentimiento de recelo y algo de enfado, aunque si alguien conociera al menos una parte de la historia que tenían ellos dos entendería bastante bien el enfado que la Lunareon tenía hacia el mayordomo, ambos eran rivales y ese sentimiento a veces llegaba a rozar el odio.-Tendré que hacer la prueba de valor junto a ti.-. Eso último a ambos no les agradó por igual, la peliplateada enfocó su mirada en las puertas de entrada de la mansión las cuales se habían abierto y Charlotte estaba de pie en el umbral de la entrada, hizo un gesto con su mano indicando a ambos magos que entraran al lugar para luego desaparecer sumergiéndose en las sombras del interior de la edificación.

Al escuchar el nombre de la sirvienta, Sebastian se puso tenso, "Han pasado veinte y años y justo ahora con ella?, parece que el destino es algo caprichoso" -Sakuya....ha pasado mucho tiempo...parece que una persona o ser, nos ha reunido para hacer esta prueba de valor, bueno, el destino es un ser muy caprichoso, no crees?- dijo, mientras contemplaba el cielo nocturno antes de entrar en al funesta mansión, si bien, ambos eran rivales hasta casi el odio, hoy debían unir fuerzas para sobrevivir a esta prueba, algo que a ambos les desagradaba, pero, como dijo antes, el destino es muy caprichoso. Apenas cruzaron las puertas de la mansión, Sebastian sintió que aquel lugar ocultaba algo más terrible, algo que no se podía observar a simple vista, la mansión embrujada era una especie de señuelo o antesala de algo mucho peor.....

Aquella construcción no le agradaba a Sebastian. Mientras pasaban por el dédalo que pasillos que componían la mansión, una sombra pasó enfrente de ellos, al mismo tiempo que un lastimero gemido se escapaba de una de las habitaciones por las que estaban pasando.

Ambos entraron a la mansión mientras un silencio tenso se palpaba entre ellos casi a simple vista, mientras caminaban por el lugar Sakuya miró los retratos que había en las paredes los cuales parecían seguirlos con la vista, mientras caminaban por un pasillo en el cual a ambos lados había una hilera de puertas una sombra negra se cruzó frente a ellos mientras que quejidos lastimeros resonaban en el ambiente, los cuales hubieran hecho que a casi cualquiera se le pusiera la piel de gallina, aunque eso no le pasó a la peliplateada quien solo miró fijamente la oscura silueta hasta que esta desapareció nuevamente detrás de una pared. "Este lugar no me agrada, aquí habitan entidades que no han encontrado la paz y obviamente encontraremos cosas peores. Pero da igual, según Charlotte debemos encontrar un cofre de madera en lo mas profundo de la mansión..."

La de cabello plateado miró en diferentes direcciones atenta a cualquier señal de peligro, solo hasta que hubo confirmado de que por el momento no había nada  a su alrededor se dignó a mirar a su acompañante, pero solo fue por unos segundos ya que después siguió con su mirada al frente, y le habló sin mirarlo.-Recuerda estar alerta, no sabemos que es lo que podemos llegar a encontrarnos en este lugar. Supongo que a ti también te inspira desconfianza.-Miró nuevamente las paredes, había marcas de arañazos los cuales le produjeron curiosidad.

Mientras caminaban por los pasillos de aquella trampa mortal, Sebastian pareció sentir algo, algo distinto a una brisa o a cualquier movimiento que podría ser considerado "normal", por precaución, moldeó del aire, una espada afilada, más por prevención que por instinto, sabía que esta prueba no iba a ser para nada fácil, porque, para haber sido emparejado con sakuya, daba a entender, que los rivales, si los había, iban a ser fuertes y poderosos.

Al oír el comentario de la peliplateada, Sebastian se enojó y respondió: -No necesito que me digas qué hacer, sé que tengo que estar alerta, tú también deberías estarlo-"A veces es tan molesta......."

Mientras más se adentraban, más lúgubre se tornaban los pasillos, ahora unas marcas de arañazos por aquí, ahora unas marcas de manos ensangrentadas en la otra pared.....La casa de por sí provocaba desconfianza, pero lo que encerraba, era algo que inspiraba más desconfianza e invitaba a estar alerta y mirar dónde se pisa.

Mientras los minutos pasaban y la tensión en ambos aumentaba gradualmente Sakuya vio cómo Sebastian formaba una espada y la llevó en su mano mientras miraba en una que otra dirección. La peliplateada no usaría su magia hasta que apareciera una amenaza directa, cosa que se cumplió como por arte de magia. Una d las puertas que estaba en los pasillos comenzó a ser golpeada por fuerza desde el interior, Sakuya retrocedió rápidamente preparándose para enfrentar cualquier cosa que llegara a salir de ahí. El Mayordomo el cual se había adelantado unos cuantos pasos se preparó para usar su espada.-¡Sebastian, detrás de ti!-No tuvo tiempo de decir nada mas ya que la puerta se hizo pedazos y las astillas volaron en diferentes direcciones, la chica se cubrió el rostro con los brazos y una astilla le produjo un corte en el brazo derecho pero le restó importancia.

En el umbral de la puerta había un sujeto de aspecto temible y una altura considerable, superaba a la sirvienta por un par de centímetros y tenía un parche en el ojo izquierdo.-Era extraño que nadie hubiera aparecido para darnos una bienvenida.-El sujeto mostró una sonrisa torcida de dientes amarillos, los cuales le produjeron asco a la maga de Rising Phoenix.-Te pareces bastante a la clase de sujetos que trataban de asesinarme...-El sujeto hizo aparecer un sable de hoja curvada y con el arma trató de dañar a la maga.-Eres un mago de Re Equipo, interesante.-Esquivó la estocada con habilidad y bloqueó el segundo golpe con un grueso trozo de madera el cual después de recibir el corte se partió casi limpiamente en dos, le lanzó una mirada momentánea a su acompañante quien ahora debía enfrentarse a otro sujeto.

Parecía que Sakuya había dicho algo, que Sebastian no alcanzó a escuchar, pues, una puerta se había hecho añicos, los trozos de madera volaron y Sebastian tuvo que cubrirse con su brazo libre y la espada para minimizar el daño de los golpes de la madera, acto seguido, salió un ser humanoide con traje victoriano, mirada perversa, alto, fornido, parecía un matón de segunda clase. -Te pareces a uno de los seres que molestaba a mi anterior amo.....- Sebastian blandió su espada de aire y se puso en guardia para enfrentar a aquella cosa, que se iba acercando hacia él con paso lento, pero firme. "Sakuya, si te dejas vencer por aquel tipo, todas aquellas peleas que tuvimos serán en balde y yo habré desperdiciado mi tiempo" .

-Escúchame bien Sakuya, si aquel tipo te gana, no será digna de enfrentarte conmigo de nuevo, entendiste?- Las palabras del mayordomo fueron directas y tajantes, además, él no se iba a dejar humillar por aquel matón de segunda enfrente de Sakuya, su rival.

La sirvienta había oído claramente lo que Sebastian le había dicho, ¿ese mayordomo realmente creía que ella iba a caer frente a ese enemigo den tercera?-Si en la mayoría de nuestros combates te tuve contra las cuerdas, Sebastian, no creo que tenga ningún problema con este adversario.-Lo había dicho con una cortesía gélida, la sirvienta esquivó otra estocada de su enemigo y la hoja se enterró en la madera del suelo."Si no hubiera esquivado a tiempo me hubiera alcanzado y me habría cortado un brazo. Será mejor que ataque de una vez."Recordó cuando Remilia le ordenaba atacar y la voz de la vampiresa resonó en su mente. "¡Sakuya, enorgullece a la mansión Scarlet Devil y acaba con tu enemigo, no tienes mi permiso para ser derrotada!" Claro que iba a acabar con su enemigo, iba a hacer que Sebastian se tragara sus palabras. Y al sujeto le dio una patada directamente en la cara, consiguiendo romperle la nariz, o eso esperaba.

Al mismo tiempo que se acercaba hacia Sebastian, aquel "matón" sacó de su gabardina, una maza de hierro forjado, una maza pesada y que fácilmente podría romperte los huesos si llegaba a tocarte, a paso lento, pero firme, aquel ser se acercaba a Sebastian con una determinación de hierro.... en la mente de Sebastian resonaba la voz de su anterior amo: Ciel Phantomhive: "Sebastian, defiende el honor de la familia Phantomhive y acaba con tu oponente" automáticamente respondió, con una reverencia: -Yes, my lord- e inmediatamente se movió hacia aquella cosa, rápidamente quiso cortar a aquel ser con la espada que tenía, pero, sólo pudo desgarrar parte de los ropajes de aquel ser, revelando un poco de piel reptiliana, como la de un caimán, aquello sólo suponía que Sebastian tenía que usar un poco de artillería pesada.

Sakuya confirmó su sospecha cuando el sujeto se tambaleó y dio un par de pasos hacia atrásmientras se llevaba una mano al rostro y a su nariz la cual estaba sangrando, efectivamente se la había roto, la sirvienta se percató de que el sable que su enemigo había usado aún estaba clavado en el suelo por lo que lo tomó del mango y comsiguió arrancar el arma del suelo sin mayores problemas."Preferiría usar mis cuchillos, pero no puedo darme el lujo de desperdiciar esta arma." El bandido hizo aparecer otro sable y lo blandió para atacar a la maga de Rising Phoenix pero esta detuvo la estocada con el arma que había adquirido y se preparó para atacar.-No tengo el permiso para perder.-Le propinó un tajo a su enemigo, luego otro, daba estocadas y bloqueaba los golpes hasta el punto de que cuando el metal chocaba contra el otro metal surgían un par de chispas."Creo que haré una apuesta con Sebastian, si salimos de aquí tendrá que usar mi traje de sirvienta." Rió con suavidad y después se concentro en la batalla, recibió un corte pequeño en su pierna pero finalmente después de darle una patada con topdas sus fuerzas a su enemigo este cayó noqueado al piso y con las heridas causadas por la sirvienta.

La cosa no pintaba nada bien para ambos magos, especialmente para Sebastian, que se enfrentaba a un posible mago de take-over o un ser reptiliano de verdad,  un fugaz recuerdo le vino a la mente: hace tiempo, había peleado con alguien de características similares, el mismo tipo de piel dura, con aquello en mente, Sebastian trazó una estrategia: su cannon sólo tiene 7 disparos, podría aprovechar 4 o 5 para desestabilizar a su oponente, que soltaría la maza que cargaba y , agarrar la misma maza y rematar al oponente, neutralizándolo.

"No tengo permitido el perder, la derrota no es una opción" su plan lo ejecutó en 7 tiempos:

1er. tiempo: Moldear el aire para el Air Make: Cannon
2º tiempo: Una vez moldeado, hacer dos disparos, uno por brazo, haciendo que el oponente suelte la maza.
3er. tiempo: Efectuar otros dos disparos a las piernas, para desestabilizar al enemigo y que caiga al suelo.
4º tiempo: aproximarse a la maza mientras el oponente está en el suelo.
5º tiempo: agarrar la maza.
6º tiempo: levantar la maza contra el oponente
y 7º tiempo: golpear al oponente con la maza, dejándolo inconsciente.

Todo eso fue ejecutado en cuestión de segundos, haciendo que aquel grandullón cayera al suelo, inconsciente.
El enemigo había sido neutralizado.

Sakuya dejó caer el sable de hoja curva al suelo y se volteó en dirección a Sebastian.-Debemos continuar.-Caminó por el pasillo siendo seguida por el mayordomo y se llevó una mano al corte que tenía en su pierna derecha, al retirarla las puntas de sus dedos estaban manchados con el conocido líquido carmesí. Se limpió la sangre de los dedos con la cortina de una de las ventanas y arrancó un trozo de esta para fabricarse un vendaje improvisado, al terminar miró el corte en su brazo, emitió un leve suspiro mientras se decía a si misma que esa herida podía esperar ya que no estaba sangrando pero obviamente la tela también se había cortado."En cuanto regrese al gremio voy a reparar mi uniforme..." Entonces miró a Sebastian a los ojos y le hizo una pregunta.-¿Estas bien, no te lastimaste en la pelea?-Esperando una respuesta nuevamente sus ojos azules se concentraron en los que parecían interminables pasillos, en uno de ellos todas las puertas de los lados estaban abiertas y pasaron frente a un cuarto de música en el que una joven de cabello blanco con un vestido negro y púrpura puesto tocaba un piano.-No la mires.-Su acompañante había estado a punto de voltearse a ver pero Sakuya lo tomó de la barbilla con suavidad y lo hizo volver a mirar al frente mientras seguían caminando.-Confía en mi, simplemente mira hacia el frente y no voltees.-La peliplateada sentía que si la miraban algo malo iba a pasar.

Sebastian seguía a Sakuya por aquel dédalo de pasillos, al oír la pregunta de Sakuya, Sebastian se puso tenso "Es la primera vez que Sakuya me pregunta si estoy bien.....esto se está volviendo cada vez más raro" y respondió: -No es nada importante, sólo unos rasguños- la realidad era que tenía unos cuantos moratones por el lado derecho del tórax, producto de la pelea con aquel grandullón, mientras se seguían adentrando por aquellos pasillos, pasaron por una sala de música, en la cual estaba una joven de cabellos blancos como la nieve y un vestido negro como la noche misma estaba a punto de mirarla directamente a los ojos, cuando la mano de Sakuya le hizo voltear al frente, Sebastian estaba muy confundido "Quién eres tú y qué has hecho con Sakuya?" se preguntaba, pero algo lo puso en alerta de nuevo, no sabía que era, pero dentro suyo, el sentimiento de que algo muy malo iba a suceder iba en aumento poco a poco "Cuando vuelva al gremio, iré a ver a un doctor" Los pasillos y corredores se iban haciendo más oscuros a medida que avanzaban y el aire se hacía más denso, se podría decir que la tensión que se respiraba en el ambiente podía cortarse con un cuchillo,esta vez, Sebastian usó el aire para moldear un par de pistolas, por lo que pudiera suceder más adelante, era mejor se precavido que esperar a último segundo.

La sirvienta miró como su acompañante hacía aparecer un par de pistolas, ella también se preparó para cualquier cosa y tal como lo esperaba escuchó el ruido de pasos atrás de ellos y sin dudarlo se volteó mientras pronunciaba su hechizo.-¡Re-Equipo: Cuchillos!-Cinco cuchillos aparecieron en el aire y Sakuya los tomó en sus manos mientras corría en dirección a la muchacha de cabello blanco quien creó una bola de fuego azul y la lanzó contra la maga de Re Equipo quien la esquivo con facilidad, la sirvienta al estar frente a la maga de fuego comenzó a blandir sus cuchillos a gran velocidad y precisión por lo que su contrincante no tenía tiempo para atacar al evitar que los cuchillos le cortaran, finalmente Sakuya le propinó una patada en el rostro y la clavó en la pared dejando sus brazos inmovilizados.-No tenemos tiempo para entablar un enfrentamiento mas interesante con usted, ahora si nos disculpa continuaremos nuestro camino.-La maga de fuego agitó sus piernas en el aire mientras trataba de soltarse pero fue en vano.-¡Hey, sirvienta, espera no puedes dejarme así, bájame!-Siguió pidiendo ayuda mientras ambos usuarios de Re-Equipo continuaron haciendo caso omiso a sus peticiones, finalmente llegaron a una habitación muy amplia y un poco oscura en la que al final sobre una mesa pequeña y bajo el retrato de una mujer estaba el cofre de madera, su objetivo.-¡Ahí esta!-Avanzaron al centro de la estancia pero se detuvieron a medio camino ya que una risa resonó en todo el lugar, miraron en diferentes direcciones hasta que el cuadro de la mujer se rompió y de este saltó la mujer que los había incitado a entrar a la mansión.

Con un poco de ironía, el mayordomo, aún pistolas en mano dijo: -al fin conocemos a nuestra misteriosa anfitriona, madame Charlotte.....- -parece que ustedes son los primeros a-fortunados...felicidades, encontraron el cofre, pero...no puedo dejar que se lleven lo que contiene, por eso, hasta aquí llegaron....- en ese momento, las manos de Charlotte adquirieron un aura morada, Sebastian estaba preparado para lo que Charlotte pudiera arrojarle, no estaba seguro si Sakuya podría, aunque no le dio tiempo a responder, ya que tuvo que esquivar la mano de Charlotte, que desprendía un olor tóxico, que obligó a Sebastian a cubrirse la boca y la nariz con su mano "Maldición! es magia de veneno, tenemos que tener cuidado" se acercó a Sakuya y le dijo: -Ten cuidado, Charlotte usa magia de veneno, intenta evitarla lo más que puedas, sólo te digo esto para compensarte por lo de antes, no creas que estoy siendo amable contigo- después, efectuó algunos disparos, que Charlotte consiguió esquivar, mirando a ambos magos dijo: -Tendrán que hacer algo mejor si quieren tocarme, jijijijiji- y se acercó con sus manos con aura morada, para atacarlos.

Cuando ambos magos estuvieron frente a la mujer, Charlotte, esta les dijo que eran los primeros afortunados en encontrar el cofre, pero que no iba a permitir que se lo llevaran, después de decir eso las manos de la mujer comenzaron a emanar un aura de color purpura oscuro y cargó contra ambos, Sebastian esquivó el golpe de la mujer y se acercó a Sakuya para decirle que Charlotte utilizaba magia de veneno para después apartarse nuevamente, cuando la mujer trató de golpear a Sakuya la sirvienta no corrió pudo esquivar el golpe ya que la herida vendada de su pierna le jugó una mala pasada debido a una punzada de dolor y recibió casi de lleno la técnica a la que Charlotte llamaba "Corte Venenoso" la cual le produjo un fuerte dolor en el área en donde había recibido el ataque.-Maldición...-La peliplateada apoyó una rodilla en el suelo pero segundos después tuvo que moverse ya que Charlotte trató de atacarla nuevamente.-¿Sientes mucho dolor? El veneno esta haciendo efecto.-Mostró una sonrisa malvada y esta vez atacó a Sebastian, el mayordomo esquivó los ataques de Charlotte pero esta retrocedió y apuntó sus manos hacia ambos magos.-¡Lluvia Ácida!-Casi de inmediato de sus manos salió disparada una gran cantidad de líquido de color púrpura, Sakuya esquivó este con mayor facilidad pero cuando el líquido entró en contacto con las paredes y el suelo la madera comenzó a corroerse.-¡Sebastian, no toques ese líquido!-La Lunareon jaló del brazo de su compañero con fuerza y evitó que una considerable cantidad de ese liquido entrara en contacto con él.-No te distraigas, no te salvaré todo el tiempo con el veneno que recibí...-La joven dejó ver una pequeña y amable sonrisa durante unos segundos pero su expresión de seriedad regresó cuando Charlotte se preparó para usar otro ataque.