Primer capítulo: La introducción a la búsqueda

El Consejo Mágico estaba deliberando la situación en su acostumbrada sala de reuniones. Estaban perfectamente al tanto de la situación, de lo que significaba aquello: un plan sin duda bien organizado por alguien o algo siniestro, pero ¿con qué fin? El anciano consejero de larga barba blanca y sombrero de vaquero, Gran Doma, parecía estar consciente de la gravedad del asunto mucho más de lo que aparentaba. Su visión de la situación le sugería que se trataba de la Alianza de Balam, pero no tenía pruebas contundentes de ello, y el desaparecido Tártaros fue dado de baja por él mismo: ante su pobre actividad en 7 años y su completa desaparición en relaciones con otros gremios oscuros, se sabe que están inactivos y disueltos, probablemente. Ni siquiera las investigaciones e interrogatorios a gremios oscuros daban pistas de ellos, de Tártaros. “Así que si no fueron ellos, ¿quiénes?”, pensaba el obstinado anciano, preocupado por lo obvio: alguien sucedió a Tártaros. ¿Zeref? ¿Los restos de Grimoire Heart? ¿Un nuevo gremio oscuro?
No había información suficiente, y la mayoría de los caballeros de la runa, la milicia del consejo, se hallaba envuelta en la resolución de la ola criminal que azotaba al país. Sumando esto, hasta la propia guardia real y el ejército real contribuyen en la restauración de la paz, pero los esfuerzos parecen inútiles sin los magos, en especial aquellos pertenecientes a grandes gremios como Fairy Tail o Sabertooth, los 2 gremios considerados más fuertes actualmente. Ni siquiera los magos santos son relativamente útiles.

Tras varios días de investigaciones en las bibliotecas más importantes de Fiore, incluyendo el archivo del propio consejo, se descubrió la causa de tal limitante: una antigua y poderosa magia que actúa como bloqueo y limitador de la magia a corto alcance, incluso podría anular toda magia en un área relativamente pequeña. -¿Cómo es que afecta a todo el país?- Se preguntaban al unísono los miembros del consejo, y la respuesta no se hizo esperar. Desde hace siglos, el uso de artefactos que amplificaran la magia han existido por todo Fiore, pero su uso fue limitado cuando la lacrimas se hicieron populares. La mayoría de los artefactos amplificadores fueron destruidos por el paso del tiempo, otros fueron conservados por museos o el archivo del consejo, mientras que algunos pocos quedaron al acceso del público en general, algo que no supondría ningún problema tomando en cuenta que los artefactos son más frágiles que las propias lacrimas.
-Será sencillo. Es obvio que usan los amplificadores para expandir esta terrible maldición. Estarán ubicadas en puntos estratégicos de la geografía de Fiore, algunos en lugares altos o bajo tierra.- Comentaba Gran Doma confiado y algo tranquilo, pues la tarea de rastrear los amplificadores, para él, era tan fácil que ni requería más de su atención. Sin embargo, las cosas no son tan fáciles como aparentan: sin forma de localizar los artefactos, el Consejo se plantea inútil en el rastreo de dichas reliquias, mucho menos las pueden identificar correctamente, pues la mayoría de los amplificadores no tienen una forma definida: pueden ser estatuas, fuentes o algo de grandes dimensiones de aspecto cotidiano y nada sospechoso.

Se les informó a cada maestro de los gremios de Fiore esta noticia, ahora están en la necesidad de buscar estos artefactos, cuyos métodos de detección los desarrollará el Consejo en los próximos días, así que una vez estén listos, cada mago que dice estar a favor de la paz en Fiore buscará esos artefactos, sin saber los peligros que aguardan ni las aventuras extraordinarias que están por venir.