La torre del dragon blanco y la princesa

Me encontraba vagando por las calles de ciudad Fedoria, acababa de ser aceptada en el segundo gremio mas fuerte de Fiore, pero se me olvido que no tenia donde quedarme, -Ohh dulce destino que me castigas numerosas veces ¿que es lo que quieres de mi?- de pronto senti como Iru salio de su huevo y se poso en mi hombro derecho, -Deberíamos robar algunas joyas para pagar una noche en un hotel cercano- mientras Rin salia de su huevo, le contesto -¡No podemos hacer eso, eso esta mal!- suspire ante la repentina pelea de estas dos, ¿que podía hacer? recordé que una vez había escuchado que aquí había una posada para magos, asi que me quedaría ahí mientras conseguía dinero para pagar algún departamento, aunque Rufus-poeta-san me había ofrecido quedarme en su casa, me daba pena, por lo que le mentí diciéndole que tenia donde quedarme.
-Eres una tonta, debiste aceptar la invitación de aquel mago y asesinarlo durante la noche- Rin dio un salto mientras grito ante la idea de Iru, yo en lo personal me había acostumbrado a la clase de tonterías que ella decía, así que no le tome importancia, me ubique en el parque de la ciudad, en la rama de un alto arbol, me había perdido y había decidido dormir ahí, Iru como reacción se molesto y se metio en su huevo, diciendo que no era su problema, mientras Rin se quedo a hacerme compañía y hablábamos de la ciudad, el sueño me estaba venciendo y decidi dormir 5 minutos, para despues ir en busca de la posada.

Caminaba tranquilamente por el parque de la ciudad junto con Lector, que parecía muy animado y feliz. Logré convencerlo de dejar el pescado por un rato y que fuera un poco más activo, así que me acompañó a esa caminata sin ningún sentido, hasta que nos dio hambre. Debía admitir que por más que criticara al pequeño Exceed, también me daban ataques de hambre muy fuertes, como para comerme un elefante, por eso pasamos por una panadería antes y comíamos los panes que compramos, que compré yo Lector nunca lleva dinero consigo.
En el parque nos sentamos al pie de un árbol para terminar el pan, aunque Lector no estaba muy satisfecho con la decisión Preferiría pescado, Sting-kun fue lo que dijo, pero de igual forma se llevo un pedazo de pan a la boca y lo tragó como un glotón. -Come despacio, nadie nos está apurando... Le comenté algo sorprendido por el apuro del exceed por comer, pero no dije más, no hacía falta. Al estar degustando mi pan, escuché que algo se movía en la cima del árbol, y mi olfato me había advertido que había alguien más con nosotros, un aroma familiar. Miré a las ramas y ahí se encontraba la chica rubia que justo se había unido al gremio recién. -Hey, tú... ¿Qué haces ahí arriba? Por alguna razón no pude recordar su nombre ¿me lo había dicho? "Estoy seguro que sí me lo dijo... Su nombre era... era..."

Antes que pudiera darme cuenta, ella perdió el equilibrio, gritando por nombres que jamás había escuchado en mi vida. -¿Iru? ¿Rin? ¿Ese es tu nombre? Le pregunté incrédulo al momento de ponerme de pie. Dejé la bolsa de panes a un lado y la miré fijamente, pareceía en serio que iba a caerse. Lo mejor que podía hacer, por no mencionar lo único que estaba a mi alcance, era atraparla cuando cayera, no había otra alternativa, aunque tampoco había drama: estaba a una corta altura relativamente y yo tenía la fuerza suficiente para atraparla sin que sufriera daño alguno. -Muy bien Rin, déjate caer que yo te... Ahí viene...
No pudo sostenerse más y cayó pesadamente, apenas tuve tiempo de acomodarme y atraparla con mis brazos, sosteniendola para que no tocara piso ni se hiciera daño, aunque tuve que amortiguar la caída usando mi rodilla derecha sobre el césped. -¿Estás bien? Le pregunté, nuestros rostros parecían estar muy cerca, pero no me daba cuenta de ello. Sólo podía pensar en ese pequeño ardor en la rodilla. "Creo que aplasté una piedra con mi rodilla. Qué molestia..."

-¿Sagrado Dragón? La miré confundido por su extraña forma de llamarme, aunque me gustaba como sonaba "Sagrado Dragón Blanco" en mi mente, resonando una y otra vez con una vieja tonada que sin importar cuántos años pasaran, sonaría bien. Ella trató de levantarse y torpemente cayó nuevamente, me arrastró con ella hasta terminar encima suyo, obligando a levantar mi rodilla y retirando la piedrita molesta, aliviando mi molestia.
Estaba encima de ella, nuestros rostros mucho más cerca que antes, y ahí fue cuando me di cuenta que era innecesario este acercamiento. Me puse de pie lentamente, asegurando mi equilibrio para no caer torpemente sobre ella, de nuevo, y la ayudé a ponerse de pie. -¿Estás bien? Le pregunté una vez más, notando que no parecía estar concentrada, como si su mente divagara en algo, ni idea de qué, y estaba bastante roja, ¿tenía fiebre acaso? -¿Qué hacías en ese árbol a estas horas, Rin? En eso Lector por fin intervino, luego de tragar otro pedazo de pan Estaba durmiendo una siesta, Sting-kun. El pequeño neko dio una observación bastante obvia, pero faltaba el "por qué". Retiré el polvo de mis pantalones y me di cuenta que mi rodilla estaba completamente ilesa, la piedra no hizo más que molestar.

El se habia separado y ya estabamos los dos de pie, me pregunto el porque estaba sobre esa rama y el gatito color vino le contesto, jamas habia mirado a ese lindo gatito, lo tome entre mis brazos y lo comence a acariciar, simplemente era tan adorable, me pregunte por un momento que se sentiria tener un compañero y este no se acobardara cuando viera a alguien mas, lance un soplido al aire y este se esfumo en cuestion de segundos.
El me habia llamado de nuevo "Rin" para lo que yo le lance una mirada algo enojada, lo abrace y le dije -Sting-kun, mi nombre no es Rin, me llamo Melody, por cierto, quiero preguntarle algo.... ¿porque me acepto en el gremio? le pregunte mientras lo miraba a los ojos, talvez era una pregunta algo tonta pero tenia curiosidad el porque habia dejado entrar a una maga tan devil como yo, al final lo unico que se hacer bien es el cantar y fingir ser feliz. lo mire fijamente y sus ojos se profundizaron en cuestion de minutos, su brillo desaparecio, fue cuando supe que se habia puesto serio y no iba a contestarme cualquier tonteria, pero si lo pensabamos logicamente, entre al segundo gremio mas fuerte de Fiore, y se me hizo raro que dejaran entrar a una chica que durmio a su compañero cuando cantaba...

-¿Melody? Vaya confusión he tenido, lo siento... Ya lo sabía. Dijo inocentemente Lector luego de haber estado en los brazos de Melody, y parecía que disfrutó mucho del cálido abrazo. "Pequeño mentiroso, no lo sabías... ¿Cómo puedes disfrutar de tal acto de cariño? Bueno, es un gato después de todo..." Pensé al momento que ella también me abrazaba, y formulaba una pregunta muy extraña de la cuál también estaba pensando hace algunas horas, "¿Por qué la he aceptado?" Se podría decir que en parte me torturaba la idea de que ella perteneciera al segundo gremio más fuerte de Fiore, no porque no creía que no lo valía, todo lo contrario. Rufus me confió que ella era digna de pertenecer a este gremio, dudo que haya quedado hechizado de forma negativa, parecía sincero y creo que le tiene fe a ella, Melody. Pero yo soy otro pensamiento, no veo lo mismo que Rufus ni recuerdo las mismas cosas, pero a pesar de ello, no me preocupa que ella se adapte o no al gremio, sino que pueda superar la presión de ser fuerte. No le exigiré ser fuerte, pero ¿ella lo entenderá de la misma forma?
-Te acepté en el gremio porque tienes algo que realmente necesitamos: calidad humana. Vi cómo hiciste amistad con Rufus, y no que quiero que Sabertooth sea sólo el segundo gremio más fuerte, también quiero que sea una familia, una verdadera familia. Creo que por eso fue... Y desvié la mirada, no me pareció una respuesta muy convincente, pero era lo más apegado a lo que deseaba para el gremio, aunque probablemente no lo vea de la misma forma, no se me da bien las palabras, sino la acción.