La llegada de un renegado

Era una dulce mañana, el sol parecia acariciar sutilmente mi cabello plateado con sus invisibles rayos luminosos, los que provocaban un brillo en mi cabello, acababa de regresar de mi primera mision con un compañero un tanto extraño, camine hasta llegar al gremio en el que estaba decidida iba a disculparme con Cheria porque un tipo raro rompio la taza que ella amablemente me habia regalado, cuando llegue al gremio me detuve frente a la puerta y suspire, no seria facil lidiar con Cheria triste, despues me arme de valor y entre, para encontrarme con su ausencia, ella no estaba... una oportunidad mas para no disculparme, estaba una anciana algo mas baja que yo que estaba haciendo girar comicamente a un chico con caracteristicas de perro, simplemente era gracioso, solté una traviesa risa y la salude con la mano y de lejos para evitar girar así, pronto vi a un joven que no había visto antes, tenia el cabello castaño y ojos cafés chocolate, pose mi mirada en el analizándolo y después suspire, me dirigí a la barra y pedí un té verde con leche, le puse 3 cucharadas de azúcar y me dirigí a una mesa cercana para disfrutarlo, cuando me sente, saque de mi bolsa mi libreta y un lapiz y comence a dibujar, estaba algo feliz de encontrarme en este gremio, era calido y pacifico, simplemente me hacia sentir como en casa, claro... que en mi casa yo era un simple mueble mas, un mueble que no debia ser tocado, porque era "la guardiana del templo" yo no se a quien se le habia ocurrido esa maravillosa idea.... Asi que comúnmente me la pasaba sola en esa gran casa,mas bien templo,mientras mi unica compañia eran los libros

Estaba disfrutando mi tan adorada taza de té con leche, era lo que me daba energia para seguir con mi vida y tranquilizarme, solte un suspiro sobre la taza y pude ver como el vapor que provenia de esta se alejaba lentamente de mi para despues desaparecer, asi era todo en la vida, todo se alejaba lentamente de mi y despues desaparecia, mantuve mi mirada fija en la taza y despues pense en lo que alguna vez me habia dicho mi padre: -Un té con leche siempre sabra mejor en compañia- mire a todos lados en busca de una compañia para disfrutar mi té pero solo divise a la anciana que le gritaba a dos pobres tipos y al chico de ojos achocolatados, supongo que debia tratar.
Me levante de la mesa en la que me encontraba y me dirigi a la mesa del chico con ojos achocolatados, me pare frente a el y le sonrei, despues me sente frente a el y lo mire fijamente para despues redirigir la mirada a mi té con leche.
"Hora de disfrutar mi té, ya tengo compañia" sonrei y luego le lance un suspiro a mi té, tome un sorbo de este y lo sentia exactamente igual, "¿A que se referia mi padre entonces?" no lograba entender nada y miraba confundida a mi té.

Me estaba terminando mi tan valioso té verde con leche, disfrutaba cada vez mas el beberlo, simplemente se estaba convirtiendo en una adicción, aunque eso era imposible ¿no? mire al chico que me miraba algo extrañado y suspiro algo molesto "¿Le molestara que yo este aqui?" me miro y se presento algo seco, lo mire fijamente y la primera palabra para describirlo que encontre fue ... "Frio" simplemente algo comun en mi vida, todos me trataban con una especie de indiferencia, saque mi libreta de mi bolso lentamente y despues buscaba mi lapicero rosa, abri mi libreta y escribi:


arranque la hoja y la doble en pedazos, para después deslizarla por la mesa y poniéndola cerca de el, algo divertido, sonreí y después proseguí a mirar de nuevo mi taza, intentando aliviar el frió que me causaba ese chico, con el tibio contenido de la taza, bebiendo lentamente el té verde con leche y despues levantarme algo molesta, "Le hace falta azúcar" camine dando grandes zancadas a la barra y tome dos cubitos de azúcar, cuando iba de regreso me arrepentí y regrese por otro, cuando los tenia, regrese a mi lugar y me senté, destapando los cubitos de azucar y alzandolos sobre la taza para despues soltarlos y que estos cayeran y salpicaran un poco, repetí el proceso con los 3 y despues revolví con una cuchara y tome de mi té, "Creo que me pase de azucar..." dije mientras suspiraba, y veia algo triste mi té "¿ahora que hago?" pensé.

Tristemente veia una taza de té demasiado azucarado,  " La vida es injusta... pasé la muerte de mi padre pero ... ¿que le hizo mi té? ¿porque se llevaban mi té?" si, me encontraba a punto de llorar porque me pase de azúcar, todos alguna vez han llorado por ello ¿no? el joven de ojos achocolatados me miraba fijamente, " ¿Se ríe de mi tragedia? ¿que clase de insensible es?" después vi como se levanto y sin darle mucha importancia seguía viendo mi té, era lo mas importante en ese momento, talvez pensaba que con verlo se le iba a quitar lo dulce, mire fijamente un salero que tenia frente a mi, " Dicen que la sal contrarresta a la azucar" comencé a echarle sal y después le di un sorbo, " Supongo que esa no ha sido la mejor idea que he tenido."
Miraba con aun mas tristeza el té arruinado que estaba sobre la mesa, llego el chico con ojos achocolatados y me dio una taza de té verde con leche, le di un pequeño sorbo y después lo mire fijamente, mis ojos estaban iluminados.
"¿Que era el? De seguro el es el dios del té verde con leche que se ha infiltrado aquí para protegernos."
Admiraba al chico de ojos achocolatados, simplemente lo admiraba, era el mejor regalo que me habían dado en años, abri mis labios y quise decir "Gracias" pero ningún sonido fue emitido, agache la mirada algo desilusionada y mire al te, que hizo que mis ánimos se recuperaran instantáneamente, pronto recordé que debía conseguir algo de dinero, asi que sin dar alguna explicación me levante y tome una misión del tablón de misiones del gremio para después salir mientras agitaba mi mano de lado a lado despidiéndome del recién llegado..