Un buen día

Había pasado al menos 3 días desde que llegué a la ciudad Zafiro, y todo ese tiempo estuve buscando contactos y aprendiendo de los lugares más emblemáticos de la ciudad, principalmente para entrar en el mundo de los zafiros y piedras preciosas de la ciudad, un negocio que podría ser muy útil, no tanto por mí, sino por mis hermanos. Apoderarme de varios zafiros, siempre que sea de manera legal, y poder enviarlos a mis hermanos, era la idea que más que emocionaba, sin embargo no era el único motivo por el cuál estaba ahí. Había pasado casi 6 años desde que descubrí y desarrollé mi magia, y ahora estaba trabajando en ella como mago, como una profesión. Y como todo mago "profesional", necesitaba un gremio; llegué a la conclusión de que Blue Pegasus sería ideal para mí, tenía una buena presentación en los grandes juegos mágicos, miembros muy leales y dedicados, y lindas chicas. "Probablemente me encuentre con algunas lindas señoritas." Era la idea que más me entusiasmaba. Al llegar al gremio noté que algo había pasado recientemente, pero no quise indagar mucho al respecto, simplemente saludé a las 4 personas que allí estaban: -Buona sera, mio nombre es Kruhel Auditore, i suoi servizi.

Tras una larga charla con los miembros del gremio, en la cual estuvo involucrados varios tragos y varias anécdotas que viví hace algún tiempo, así como divertidas acotaciones de los demás, pude finalmente indicarles mi llegada a aquel lugar. Parecían estar particularmente felices de que me uniera al gremio, pero de una forma algo peculiar. No mucho antes unas gemelas se habían unido al gremio, por lo que había dado inicio a algo que no me enteré de qué era, ni tampoco pregunté.
Tras detallar dónde quería mi marca del gremio, cada uno se presentó formalmente para hacer más cálida mi bienvenida: Ren, Eve, Hibiki, Ichiya y me hicieron mención de una chica llamada Jenny. -Un piacere poder estar con ustedes, prometo darlo todo por este gremio. Dije al momento de tomar una jarra de cerveza y proponer un brindis, no por mi llegada, sino por el inicio de una divertida familia.

Finalmente luego de una larga charla, que pareció un interrogatorio por parte del gremio, cosas como "¿De dónde eres? ¿Qué haces? ¿Qué buscas? ¿Conoces a las gemelas?" y un montón de preguntas más, a las cuales respondí amablemente todas con detalles y buen humor al respecto, pues aunque lo pareciera, no me sentía en un interrogatorio, me sentía rodeado de gente que realmente estaba interesada en mí, formar parte de la familia, del gremio.
¡Familia! Eso me recordó algo muy importante, primeramente necesitaba mandar una carta a mi querida hermana, que siempre estaba atenta a mis aventuras, y a mis hermanos, para indicarles que estaba bien, incluso agregarle algún regalo, una piedra preciosa o algo así. -Perdonare, debo enviar una carta, ahora que estoy con el gremio, una persona muy especial, mia hermana espera noticias de mí. Fue mi forma de despedirme al tiempo que salía a toda prisa del edificio, dejando atrás las despedidas y un "¡Men~!"