Argentos, la leyenda del lobo plateado (Vol. I)

Miles de lobos habitan el mundo, pero ninguno se compara con Argentos, el lobo plateado. Se ganó ese nombre por los lugareños, quienes al principio confundían al animal con un lobo albino, pero lejos de la realidad era por la noche, cuando se veía la diferencia entre un lobo albino y Argentos: durante la noche, y siempre que hubiera luna, el pelaje de tan majestuoso lobo brillaba como plata, de forma tan hermosa que la gente realmente creía que era metal y no pelaje, carne y hueso lo que componía al animal. Muchos codiciaban su pelaje de plata, pero todos le temían, pues era un lobo wargo, el último de su especie; para los que no son expertos en la materia, un lobo wargo es un lobo tan grande como un hombre. Se dice que los lobos wargos más grandes vistos medían más de 2 metros de alto, y Argentos era precisamente uno de esos lobos wargos, pues podía alcanzar hasta los 2,12 metros de alto, superando el altura y corpulencia a cualquier hombre que lo cazara. Su apodo, Argentos, se debe a su pelaje, la plata (para los científicos, la plata Ag viene del latín "Argentum").
A pesar de ser un terrible animal de colosal tamaño, su nobleza superaba su grandeza: muchas veces, cuando los viajeros se perdían en las tormentas de nieve implacables del norte, nunca veían venir a Argentos, pero de alguna forma sentían la presencia del animal que los guiaba hacia un refugio. Como su pelaje blanco se confundía con el entorno, nunca nadie sabía que era él, pero los relatos siempre coincidían en que un animal de enormes huellas era el guardián de los viajeros perdidos. Como nunca nadie pudo confirmar su presencia física, ni presentar pruebas indiscutibles de su existencia real, todos llamaraon a Argentos el espíritu lobo guardián.
Pero el animal no sólo fue conocido por sus rescates, también por su amor por la naturaleza, por su hogar y por aquellos que lo habitaban. Las historias del norte están repletas de cuentos de leñadores que huyeron de sus labores cuando talaban los bosques más antiguos, aquellos árboles tan antiguos como el tiempo mismo. Nunca pudieron cortar ningún árbol, pues los aullidos de un lobo les impedía dormir, alguien robaba sus hachas y herramientas, incluso los suministros. El nombre de Argentos fue respetado, amado y temido por muchos años. Nadie sabe si realmente Argentos fue un espíritu, si vivió tanto tiempo como muchos afirmas (200 años es el promedio de todas las leyendas consultadas) o si de verdad fue un animal real, si existió realmente. De algo sí se puede estar seguro, su relación con la magia es indiscutible, su nobleza supera a cualquier lealtad mostrada por los humanos, y su ayuda siempre significaba fortuna para aquellas que sólo han experimentado desdicha.
Si se cree que su pelaje es realmente plata, es lo que menos importa: para muchos, Argentos es un animal noble con un gran corazón de oro envuelto en plata. El primogénito de la luna, también es conocido.