¡La recolección de dulces ha comenzado! (Layla y Mitsuki)

Layla caminaba alegremente por las calles de Hosenka, para llegar allí había tomado un transporte y se había ahorrado bastante tiempo, cuando llego ya era totalmente de noche y las estrellas resplandecían en el cielo, traía puesto su vestido negro de La Princesa de la Nieve Negra y una linda cinta de color negro en el cabello. Miraba a su alrededor maravillada por como se veía el lugar, decoraciones por doquier, vendedores ofreciendo sus juguetes a los niños y los pequeños corrían de aquí para allá con sus disfraces, pero claro también había chicos mas mayores de 14 a 19 años según sus cálculos e incluso algunos pocos de poco mas de 20 años de edad. Siguió avanzando mientras observaba todo con atención, los disfraces de las demás personas también eran muy buenos, los de los niños mas pequeños le resultaron simplemente adorables.-Todo es tan lindo, ¡sera mejor que comience a pedir dulces!-Y así con un pequeño bolso negro y blanco se preparo para pedir sus anhelados dulces, la segunda razón mas grande por la cual había asistido al evento. La primera era para conocer lugares nuevos, en este caso, Hosenka.

Layla había estado mirando atentamente los dulces que había a su disposición, todos se veían realmente apetitosos así que sin importarle nada abrió su pequeño bolso negro y dijo lo mismo que los demás niños y jóvenes al señor de la caravana de dulces.-Dulce o truco.-El hombre con una sonrisa le dio una pequeña cantidad de dulces a cada uno y les deseo una feliz noche de brujas, los ojos de la pelinegra brillaron de felicidad y lo primero que hizo fue comerse un bombón de chocolate que había entre el resultado de su primera petición de caramelos. Ahora nuevamente caminaba por las calles de Hosenka pero de forma inesperada una chica disfrazada de gato apareció de la nada e inevitablemente tropezaron, la usuaria del rayo consiguió mantener el equilibrio mientras miraba a la chica que había chocado con ella, al menos se había disculpado y eso era algo bueno. También sonrió a modo de aclarar que todo estaba bien.-No te preocupes no fue nada.-La chica entonces vio como la chica disfrazada de gato había comenzado a jugar con sus alas de mariposa golpeándolas con suavidad mientras maullaba, al terminar Layla notó que la chica estaba triste y como no sabía que le pasaba solo optó por una cosa.-¿Quieres dulces?-Amablemente la Dragon Slayer abrió su bolso y le entregó a la chica gato la mitad de los dulces que tenía.

La pelinegra después de haberle regalado la mitad de sus dulces a la chica gato se sorprendió al ver que la cola del disfraz se movía de lado a lado moviendo un cascabel que tenía atado. Antes de poder pensar en otra cosa la chica que acababa de conocer le tomo de la mano y comenzó a correr, ambas se detuvieron en seco frente a una casa y al abrirse la puerta una anciana de aspecto amable se rió un poco cuando la chica gato maulló para pedir dulces, la anciana les entregó un puñado de dulces a ambas chicas, Layla sintió que su ahora compañera para pedir dulces le tomaba de la mano de nuevo y antes de correr le agradeció a la mujer.
Mientras corrían la Dragon Slayer le habló a la chica gato.-Oye, creo que debí presentarme, me llamo Layla.-Su acompañante se volteó a verla un segundo y le mostró una sonrisa para después reír como una felina. Durante unos segundos vieron a unos niños corriendo también mientras reían y se arrojaban dulces entre ellos, al continuar con su trayectoria finalmente se detuvieron en seco frente a otra casa pero esta se veía algo aterradora.“Vaya, hay casas que realmente se toman muy en serio lo de dar miedo”Miró a su compañera y después a la casa.

La chica disfrazada de gato presionó con un poco mas de fuerza la mano de la Dragon Slayer y comenzaron a caminar en dirección a la casa de aspecto aterrador, mientras avanzaban unos niños pequeños huyeron de esta gritando y una niña lloraba. "Pobres niños..." Se sintió mal por los pequeños pero al alzar la mirada cuando escuchó a alguien reírse y vio a un anciano asomado en una de las ventanas del lugar. Layla se sintió molesta con este ya que no debió haber asustado de tal forma a esos pobres niños que solo querían pasarlo bien en la noche de Halloween, al igual que su compañera ambas caminaron con determinación a la casa mientras el hombre viejo mostraba una sonrisa y volvía a esconderse.-Asustar a los niños hasta hacerlos gritar y llorar es cruel.-Se volteó un segundo para poder ver a los niños y vio que estos ya estaban siendo consolados por los respectivos padres de cada uno.